Cámaras termográficas o de tipo termovisión son concretamente las que se utilizan para llevar a cabo la técnica de la termografía. Esta podemos definir que es una práctica científica que consiste básicamente en medir, sin necesidad de aproximación y con mucha exactitud, lo que es la temperatura que tienen determinados cuerpos.
Esa temperatura no es visible para el ojo humano pero ahora se puede conocer gracias a todo un conjunto de dispositivos y sistemas que reflejan la misma a través de distintos colores, en base a la intensidad que ella posee.
Actualmente muchos son los sectores que recurren al uso de la termografía ya que ella les da la posibilidad de detectar todo tipo de anomalías, de escapes de energía, de humedades, de conducciones de agua erróneas o de sobrecalentamientos de ciertos dispositivos, entre otras aplicaciones.
Concretamente, tenemos que tener claro que aquella ayuda en campos tales como los siguientes:
• Energías renovables. En este caso, tenemos que establecer que esa técnica se utiliza para detectar anomalías en placas solares tales como fallos en cuadros técnicos o conexiones que se encuentran deterioradas por el paso del tiempo o por las condiciones que han sufrido.
• Mecánica. Dentro de ese sector, la termografía es empleada con gran asiduidad para localizar desde fallos en motores hasta en correas o rodamientos.
• Construcción. Si existe un ámbito que haya hecho de esta técnica una aplicación imprescindible es en este pues es amplísimo el número de utilidades que le da. Así, se utiliza para detectar humedades, localizar fugas de agua y gas, encontrar defectos en la conducción de tuberías o dar con atascos en desagües, entre otros.
La climatización o la electricidad son otras de las áreas que también emplean de manera contundente a la termografía.
Algunos topógrafos lo utilizan tambien para sus mediciones.